|
La
Clase de los Moluscos, abarca organismos que pueden caracterizarse
por ser univalvos o bivalvos y estar representados en todos los
medios: marinos, de agua dulce y terrestre. La referencia a los
Moluscos Bivalvos marinos, centra la óptica en aquellos más conocidos
comúnmente e identificados con los nombres vulgares de mejillones,
ostras, vieiras y almejas varias; abarcando en general, diversas clases que se encuentran en
forma relativamente abundante en el medio marino. La característica
principal que los identifica y que les ha conferido su nombre, es
la de poseer una estructura externa formada por dos valvas. Según
de qué molusco se trate, el lector se identificará e informará acerca
de la actividad de la mitilicultura (cultivo de mejillones y almejas),
la ostricultura (ostras), la pectinicultura (vieiras); o bien, encontrará
que a veces se designa al cultivo según el nombre particular o común
del molusco: cultivo de ostras, de mejillones, de ostiones o vieiras,
de almejas, etc. En
general, la actividad que se dedica al cultivo de moluscos, se denomina
“malacolcultura” (término muy poco utilizado en la generalidad). Todos los moluscos bivalvos marinos son filtradores (lo que
significa que son los únicos elementos vivos que no necesitarán
para su cultivo, el aporte de alimento externo artificial) porque
crecen en el medio ambiente, a expensas de las partículas existentes
en forma suspendida en el agua y que están presentes en el mar (o
el agua dulce). En algunos casos se trata de organismos sedentarios
(ostras, mejillones) que no pueden buscar diariamente su alimento,
por lo que sus aparatos branquiales les aseguran (por medio de la
filtración y recirculación del agua del medio), el abastecimiento de los nutrientes necesarios para su crecimiento. Los filamentos que constituyen las branquias forman una compleja
estructura, muy característica,
que puede variar en su constitución general, según el animal que
se observe. La branquia actúa en general, como un tamiz efectivo, que junto
a una abundante cantidad de cilias y merced al mucus segregado,
produce una alta retención de partículas nutritivas durante la continua
filtración efectuada. Aunque las branquias juegan un rol importante
en la alimentación de estos organismos, también constituyen el órgano
respiratorio y es a su nivel que se produce la mayor parte del intercambio,
de carácter fundamental, para
la oxigenación de la sangre. La estructura interna, denominada “manto” también participa de la respiración, intercambiando gases
con el agua circundante. El
consumo de oxígeno efectuado por los animales dependerá de varios
factores, siendo los principales entre ellos, el peso del cuerpo, la temperatura del medio, la ración de alimento obtenida
y el ciclo reproductivo. Los
bivalvos pueden además bombear agua a través de su cuerpo, sin obligación
de filtrarla, siendo la velocidad de filtración inferior a la de
bombeo.
Existen
numerosos estudios realizados acerca de la velocidad de filtración
y ellos difieren según los autores, debido especialmente a las disímiles
condiciones fisiológicas de los animales en observación y a la planificación
de las experiencias realizadas en laboratorio. Esta velocidad dependerá
además de numerosos factores interrelacionados, que aumentarán o
disminuirán la misma. Los sólidos disueltos, la temperatura, la
concentración de partículas en el medio (turbidez), etc., todos
ellos, influirán altamente sobre los resultados obtenidos y además,
por supuesto, sobre la tasa de alimentación de los organismos y
por ende, sobre su crecimiento.
Las
partículas que se captan a través de la filtración, son dirigidas
hacia la boca para su inmediata ingestión y cuando existe exceso
de ellas en suspensión, los animales pueden eliminar el sobrante
(no ingiriéndolo) por medio de los denominados palpos labiales.
Para tener una idea acabada de este proceso, un mejillón de 1 g
de peso (expresado en peso seco en carne) puede filtrar hasta 11
mg /hora de partículas. Los bivalvos poseen un tubo digestivo completo,
un estómago e intestino y dos sifones (inhalante y exhalante). Poseen
enzimas gástricas para ayudar a la digestión de las partículas filtradas
y su alimentación está también constituida por un alto porcentaje
de materia orgánica disuelta en el agua. También poseen un aparato
circulatorio, uno nervioso y uno de reproducción, con estructuras
definidas.
Desde
el punto de vista de un productor, el factor más importante estará
representado por el crecimiento de los animales y el rápido alcance de la talla de venta
comercial y ésta, a su vez, se encontrará en relación a la abundancia del alimento disponible
en el medio para los animales; así como de las condiciones de temperatura.
Es evidente entonces, que antes de proceder a la instalación de un cultivo, será
necesario conocer mínimamente las características oceanográficas
(físicas y químicas) del sitio de instalación y la abundancia de
alimento disponible (relacionado a las características biológicas
del organismo que se quiera cultivar). La temperatura constituye el factor físico más estrechamente
relacionado al crecimiento y no podrá ser regulada en el medio de
cultivo. De esta forma,
el crecimiento será menor durante los períodos invernales y mayor
durante los estivales (debiendo aprovecharse en cultivo, por lo
tanto, la denominada “estación de crecimiento” de mejores temperaturas
para la especie). Las partículas alimentarias más favorables a los
organismos que estén colocados bajo cultivo, serán
aquellas que constituyen el denominado plancton marino (organismos
microscópicos arrastrados por las aguas) siendo sus principales
componentes, las algas unicelulares, seguidas por las bacterias. En la época
estival, de mayores temperaturas, parte del alimento se destinará
al mantenimiento del metabolismo activo del animal y parte del mismo,
a los procesos biológicos del crecimiento y de reproducción.
En
los moluscos bivalvos, el aparato reproductor es difuso y se ubica
sobre la estructura denominada del manto. En resumen, los sexos
son separados y en general el número de hembras es igual al de machos
(el hermafroditismo se presenta en algunos casos, pero es mínimo).
La edad de la reproducción se alcanza en general, en forma rápida
y en el término del primer año de vida, durante la primavera. Los
productos sexuales se emiten a través de los canales apropiados,
siempre que las condiciones del medio sean favorables. Las gonadas (órganos que encierran los productos femeninos
o masculinos) van madurando a través del ciclo normal de vida y
para todos en general; aunque existen modificaciones mayores o menores
según de qué bivalvo se trate. Una vez madurados los productos sexuales dentro de los órganos
reproductores, se expulsan al exterior, donde se produce la fecundación
(siendo esta por lo tanto, externa). La emisión de óvulos en una
hembra adulta, puede alcanzar hasta el millón o más. Para que se produzca la maduración y esta finalice en una
emisión positiva y luego en una fecundación, es necesario que se
mantengan las temperaturas dentro del rango correspondiente a la
especie de cultivo y que la alimentación sea acorde a los requerimientos
nutricionales de cada una de ellas. Sin duda la temperatura es el
parámetro físico más importante, pero no el único.
La
continuación del ciclo, una vez producida la fertilización de los
óvulos por el esperma, se define en la etapa de la embriogénesis,
que culmina con el nacimiento de una larva. La vida larvaria de
los bivalvos está también signada principalmente por la temperatura,
de tal forma que existe un rango determinado para cada especie,
con un mínimo y un máximo, por debajo y por encima del cual, las
larvas no sobrevivirán y asimismo, una temperatura óptima, que favorecerá
su normal desarrollo. Las larvas son inicialmente planctónicas y
pueden fijarse posteriormente y este proceso las lleva a afrontar obligatoriamente innumerables peligros durante el
curso de su evolución. Existen numerosos predadores planctógafos
que las atacan, ingiriéndolas, las corrientes marinas las diseminan
en gran parte por sitios no aptos y las sustancias químicas pueden
afectarlas, así como la presencia de algunos organismos planctónicos
de carácter tóxico. Luego de finalizar la fase larval planctónica,
se convertirán en organismos bentónicos (viven ligados al fondo),
pero no todos se fijan como ostras y mejillones, sino que las vieiras
y las almejas, por ejemplo, son de vida libre, aunque mantengan
un desplazamiento mínimo. En algunos casos, los moluscos pueden
fijarse más de una vez (se desprenden y vuelven a fijarse).
Los
sistemas empleados en el cultivo de bivalvos, diferirán según el
organismo de que se trate y para cada uno de ellos, el mismo dependerá
de las condiciones naturales marinas y de la selección del sitio donde se pretenda efectuar
su desarrollo.
Sobre
el litoral marino argentino y debido a sus propias características,
el método más utilizado es el de “cultivo en suspensión”. El principio
que comanda este tipo de cultivo es la recolección de semilla en
cuerdas (caso mejillón) o bien, la disponibilidad de semilla proveniente
de laboratorio (ostras, vieiras, otros) y que se instalan posteriormente
según diferentes metodologías sobre cuerdas o bien encerradas en
determinadas estructuras destinadas a cumplir el ciclo total de
cultivo, suspendidas a su vez en el seno del agua por cuerdas. En
el caso del cultivo de ostras, puede utilizarse además (disponiendo
de las condiciones marinas que correspondan) la metodología de “cultivo
sobreelevado”, consistente en el hincado de mesas de hierro, cuyas
patas se hunden en el sedimento ( a modo de parrilla) y sobre las
cuales se colocan bolsas amarradas que contienen la semilla del
molusco.
A.-
El cultivo de los mejillones: en este
caso se trata de moluscos bivalvos de la familia Mitilidae, que a partir del género de mejillón denominado Mytilus dió origen al nombre de la actividad
de la “mitilicultura”. Su característica es la de poseer dos valvas
iguales, un ligamento casi siempre externo, una bisagra o charnela
(prácticamente sin dientes), un pie alargado y un biso (glándula
que produce una secreción para la fijación del animal al sustrato).
Son animales que se distribuyen desde el hemisferio norte hasta
los mares polares de todo el mundo y en nuestro país en particular,
se extienden a lo largo de todo el litoral marítimo, desde la provincia
de Buenos Aires al norte, hasta Tierra del Fuego al sur; formando
concentraciones de diferentes densidades y amplitud sobre los propios
fondos marinos, conocidas vulgarmente con el nombre de bancos. De
ellos los más importantes en cuanto a explotación comercial, fueron
los de Faro Querandí y Banco Quequén en provincia de Buenos Aires,
sobreexplotados en anteriores épocas. Las lanchas costeras provistas de un tipo de red denominado
“raño” operan en la zona con desembarques principales en Pto Necochea,
Mar del Plata y Gral. Lavalle, actualmente. Este tipo de pesca es considerada como “exterminadora” por
los investigadores, ya que sobreexplotan los bancos, abandonándolos
cuando la misma deja de ser rentable. Por el tipo de formaciones,
es imposible efectuar una pesca selectiva. Según Lasta y Pascual (1986) cuando un banco es abandonado
debido a su explotación intensiva, puede considerarse como “arrasado”
y de hecho es prácticamente imposible que se produzca posteriormente,
su reposición. El Querandí,
por ejemplo, fue explotado desde 1970 hasta 1976 intensivamente
y en prospecciones posteriores realizadas para su estudio, a partir
de 1981, se detectó que el mismo no ofrecía ya posibilidades rentables
de explotación. Su explotación comercial, cesó definitivamente en
1977.
A nivel
mundial, la producción de mejillón está liderada por China, seguida de España, pudiéndose observar en la Tabla 1, las
producciones estadísticamente aceptadas para 1997 en Europa, siendo
España, con 180.000 toneladas, el mayor productor europeo, junto
a Italia y Holanda (estas dos últimas producen en conjunto más que
España). Holanda sufrió
últimamente, una reducción del 35% en producción, debido a abastecimiento
de semilla para cultivo y a la restauración de fondos para crecimiento
(Edwards, 2001).
En general, los bancos naturales,
situados sobre el litoral del Atlántico, suelen extenderse hasta
cerca o más de los 10 m de profundidad y según se trate, abarcan varias millas en extensión. El mejillón comercial
de consumo, más conocido en nuestro país, es el Mytilus edulis platensis que abarca en extensión, prácticamente
toda la costa marítima; mientras que en la zona austral y sobre
el canal del Beagle, se presenta el . Ambos mejillones
resultan un material excelente para cultivo, presentando buena tasa de crecimiento.
Tabla
1: producción para 1997 en tonelaje por países de la UE.
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Fuente:
MacAllister & Elliot, 1999TOTAL
514.507 |
La
producción mundial de mitílidos para 1995, fue evaluada en 1.200.000
toneladas, de las cuales el mejillón silvestre ocupó el 21% del
total y el de cultivo, el 79%, habiendo crecido últimamente. Para 1997, la producción de mejillón de cultivo alcanzó el
millón de toneladas, siendo su principal productor, China, con 450.000
tons. En Oriente, los principales productores, además de China,
son Tailandia y Corea. Otro país con excelente producción y que
cultiva su famoso mejillón verde, es Nueva Zelanda. Chile produjo
en 1997, 10.000 tons y sobrepasó las 12.000 en el último tiempo.
Las especies
más cultivadas en este país, comprenden al Mytilus
chilensis (mejillón azul), el Choromitilus chorus (chorozapato) y la Aulacomya ater (cholga). Aunque el cultivo de la cholga es mínimo,
el mismo se da como acompañante del mejillón. Es muy importante
mencionar que Brasil, habiendo iniciado hace 6 años sus cultivos
de bivalvos, produjo 11.359 tons de mejillón y 749.066 docenas de
ostras (Panorama da Aquicultura, 2001.
Argentina,
es uno de los pocos países del área latinoamericana que no ha desarrollado
los cultivos marinos, iniciándose en mitilicutura y ostricultura
muy recientemente. Los primeros ensayos de cultivo de mejillón en
el país, fueron realizados en forma experimental hacia fines de
la década del ´70 en
la provincia del Chubut y posteriormente, se sumaron otras observaciones
realizadas en Santa Cruz. Ya en 1979, se iniciaron los ensayos en
el Golfo San Matías (Río Negro), que culminaron en una producción comercial inicial (1987-88),
de 2,5 tons, hasta desembocar en la actual producción llevada a
cabo entre el 2000-2002, de 15 tons. Para todo lo referente en especial al ciclo de vida de este
molusco bivalvo, puede consultarse a Pascual y Zampatti, 1998.
Existe
una amplia variedad de métodos y estilos para realizar el cultivo
referido al mejillón, desde balsas (como las de las rías españolas), pasando por los “bouchots” franceses (estacas de madera con
bolsas envueltas alrededor),
hasta long-lines, con aplicaciones sumergibles y superficiales. Cada uno tiene sus ventajas basadas en la historia de la
región y las especificaciones del sitio. El tipo de sistema utilizado
en la mayor parte de la costa argentina, por las características
de sus costas y el batido del mar, es el conocido como “suspendido
o de longline”. Los otros sistemas, no se condicen con las características
del mar o bien, no muestran rentabilidades aptas (debido a las altas
pérdidas que se producen). Aunque existen bastantes adelantos en cuanto a mecanización
(especialmente en Nueva Zelanda), los productores observan los métodos
que emplean mano de obra como los mejores para obtener altos rendimientos
y mayor eficiencia (Bishop, 2002). En las mejores producciones se ha comprobado un índice de
conversión de 3:1 (o sea, 3 semillas implantadas por cada mejillón
recogido). En operaciones eficientes, es común la siembra de 1,3
a 1,8 semillas por cada mejillón producido. La eficiencia del sitio seleccionado juega un rol sumamente
importante, especialmente la profundidad, porque permite aumentar
el volumen de producción y también el material utilizado que puede
incrementar la eficiencia del sitio, aumentando las utilidades del
productor. La clasificación
de la semilla al momento del encordado se considera importante para
el resultado en cuanto a producción.
Cómo proceder al cultivo
de mejillón?
Inicialmente,
es necesario realizar la captación de semilla en el mar, para lo
cual se necesita contar con los resultados de los estudios efectuados
por técnicos especializados, con el objeto de conocer y determinar
las épocas y momento óptimos para la instalación de colectores al
efecto (Zampatti y otros, 1990). Recién entonces, una vez recolectada
la semilla, se puede proceder inmediatamente a su encordado y cultivo
de primera fase o de pre-engorde (a mayor densidad por cuerda) y
luego de finalizada esta etapa (con los moluscos demasiado apretados)
se procede al rearme de las cuerdas, a menor densidad para proporcionar
mayor espacio y por ende mayores posibilidades de crecimiento, iniciando
así, la fase denominada de engorde, hasta alcanzar la talla demandada por el mercado consumidor. El método de longline es de origen japonés y el de encordado
de la semilla, es una variante del método “marsellés” (originado
en Francia). La ventaja del longline, es que permite mantener a
los moluscos constantemente bajo el agua, favoreciéndose así, su
crecimiento. El cultivo en “suspensión” es una técnica que permite
el crecimiento de los organismos en la columna de agua, en ausencia
de contacto con el fondo marino, impide además la llegada de mayor
número de predadores (que no puede trepar por las cuerdas) y evita
la asfixia de los animales por efecto del depósito de barro marino,
evitando asimismo la alta deposición de arena; resultando el cultivo
en una mejor calidad de los organismos. Este sistema, desarrollado hace unos 60 años puede emplear
las cuerdas en suspensión, desde un longline o desde una balsa,
dependiendo de las condiciones oceanográficas. El alimento es además, aprovechado a todo nivel de profundidad.
La desventaja principal se refiere a la necesidad de contar con
determinadas áreas, no sometidas a fuerte batido oceánico y exige
mayor trabajo a los productores y por lo tanto aumenta la mano de
obra; aunque pueden realizarse cultivos en forma familiar y estando
los productores unidos en cooperativas o consorcios que les permitan
compartir costos y aumentar tonelaje de producción. Las posibilidades
de mecanización para cultivos mayores son escasas, aunque existe
en Europa máquinas que desenganchan los mejillones de las cuerdas
y los separan al momento de la recolección.
La captación actual de semilla en
nuestro país se realiza por el momento, en el Golfo de San Matías,
dentro de la bahía de San Antonio y es efectuada por técnicos, que
distribuyen la semilla a los potenciales productores, para el caso
del cultivo (Mytilus
edulis platensis) que se desarrolló recientemente en la localidad de Las Grutas (“mejillón
rubio del golfo”) y traspasan a éstos las tecnologías adquiridas
durante sus estudios y experiencias piloto. Para el caso de los cultivos en desarrollo en las aguas del
Beagle (Mytilus
chilensis) se capta la semilla sobre bancos con poblaciones naturales. El método
de captación empleado es sencillo y consiste en la oferta de sustrato
apropiado y adecuadamente suspendido (colectores), donde se obtenga
una importante fijación de larvas, colocados en determinados enclaves
conocidos por los técnicos, como los de mayor respuesta en cuanto
a producción natural; ya que no todos los sitios resultan ser aptos,
ya sea porque las condiciones del medio no son favorables para la
reproducción de los mejillones, o bien, porque las corrientes marinas
alejan a las larvas nacidas en determinadas zonas o porque existen
áreas donde es imposible suspender colectores sin riesgo de pérdida.
En general, el material para colectores puede variar, habiéndose
utilizado en el caso de San Antonio, trozos de red retorcida, de
un largo de 7 m y un ancho de 0,50m, con chicote de 6 mm y 0,5 m
de largo, en el extremo superior. En las cuelgas de sogas para cultivo,
también se produce fijación de semilla, que en los casos de abundancia
y calidad óptima, puede ser utilizada para generar mayores producciones
posteriores. La semilla, a su vez, deberá ser colocada en cultivo
en la época de mejores temperaturas para que el crecimiento sea
rápido y alcance la talla de mercado antes de entrar en el período
invernal. La que es recolectada de rocas, se coloca directamente
en los tubos para encorde.
|
Proceso
Manual de inclusión de semilla en la red tubular
de algodón
(Foto
1) |
|
Una
vez obtenida la semilla y encontrándose disponible para proceder
al cultivo, se coloca manualmente. En un proceso que involucra
destreza y material de redecilla de algodón especial (Foto
1). Para ello se la importa desde Chile. La producción
de semilla artificial en forma controlada y en laboratorio
(hatchery), aunque es una metodología conocida y posible, no resulta rentable para el caso de los mejillones,
siempre que exista abundancia de semilla natural. Una vez
encordada, la semilla natural termina fijándose por medio
de los filamentos de su glándula del biso y a medida que crece,
ocupa mayor espacio sobresaliendo de la redecilla original
que, con el tiempo se desintegra, quedando los mejillones fijados a la cuerda de cultivo
en racimos y cumpliéndose el período de pre-engorde, también
conocido como de recría, en acuicultura.Todo
el montaje, es acompañado de un metraje determinado de cabos
y cuerdas, así como de espacios determinados entre cuerdas,
siguiendo las adaptaciones de las tecnologías, que fueran
realizadas para el caso de nuestro mar, por los profesionales
del Instituto Storni, especialmente. |
Las
cuerdas son cargadas en cuanto a peso, de forma tal, que se mantengan suspendidas y mantenidas, sin tocar nunca
el fondo marino.
|
Longline
armado
con
las
cuerdas colgantes,
suspendidos
en mar (Foto 2) |
|
El
longline para cultivo, queda entonces suspendido (Foto
2) , a modo de tendal que se extiende en general por debajo
de la superficie del mar en sentido horizontal al plano del
agua y se equilibra mediante boyas, colgando las sogas o cabos
que portan las semillas de la cuerda madre ; incluyendo el
cultivo un desdoble posterior a la finalización de la primera
fase.
Estos sistemas son anclados
en sus extremos por medio de cabos y muertos suficientemente
lastrados, de tal forma que el conjunto no sea desplazado
por las corrientes marinas, en aquellas áreas consideradas
aptas. Para su
colocación, se necesita contar con embarcación de porte determinado
y debe quedar bien colocado y afirmado, como para no sufrir
deterioros importantes durante el batido del mar o durante
los posibles temporales, hecho que pude llevar a una pérdida
de parte o de la totalidad del cultivo; aún en condiciones
relativamente aptas. |
Asimismo,
conviene considerar el boyado general (recuadro del área de cultivo),
que impida el acceso a embarcaciones pesqueras al área total de
cultivo, ya que ellas pueden afectar el sistema, produciéndose pérdidas
importantes; suponiendo que el mismo ha sido avisado para su resguardo
a la Prefectura Nacional argentina (PNA).
La
talla de semilla encordada puede variar entre 20 y hasta 40mm. Los
encordes de semilla se realizarán en el mes correspondiente, según
la región de cultivo (por ejemplo, abril, para Las Grutas) y la
densidad de semilla utilizada es de cerca de 400 ejemplares por
metro de cuerda (de 5,5 a 6,0 m de largo); en la misma zona, las
cosechas comienzan en el mes de noviembre. Al finalizar el llenado
manual de las redes tubulares en las que se introduce la semilla
captada, aquellas toman el aspecto de embutidos de unos 12 cm de
diámetro y, posteriormente, se trenzan o encollaran en las sogas
o cuelgas. Esta tarea, así como otras necesarias, deben realizarse
previamente en una base individual o compartida, situada en tierra
y gran parte de ellas pueden ser realizadas por mujeres e hijos
del entorno familiar, integrándose de esta forma a la producción
por cultivo. Tanto sea utilizando la metodología de long-line como
la de balsa, será necesario contar con un buzo para la realización
de determinadas tareas periódicas de revisión, control, etc. En cuanto a las tareas de recolección de las cuelgas en sí,
una vez que el promedio de los animales ha alcanzado la talla comercial,
es imprescindible contar con embarcaciones de porte determinado,
que las recogen por medio de guinches o plumas adecuadas (inclusive
con el aporte del buzo) y
las van colocando sobre cubierta para su traslado a tierra, a una
planta de almacenamiento y desgranado, clasificación, empacado y
expedición; debiendo cumplirse con los controles obligatorios y
los análisis respectivos sobre certificación del producto, así como
su trazabilidad desde el levante en el mar hasta su expedición;
hecho que permitirá la puesta en relieve de un determinado valor
agregado por ser el mismo procedente de cultivo y por la óptima
calidad del producto, muy diferente al cosechado directamente del
mar (especialmente en lo referido a su rendimiento en carne y liviandad
valvar).
La
producción de mejillón estará fundamentalmente relacionada a la
época de reproducción de estos bivalvos marinos (captación de semilla
natural), que se produce en temporadas determinadas y con picos
de producción variables anualmente. Las sucesivas producciones de
cultivo, deberán encadenarse en el tiempo, de tal forma que permitan
al productor alcanzar el mercado durante gran parte o durante todo
el año, a diferencia de la extracción natural que es de carácter
estacional. La organización
de las ventas, puede hacerse en forma directa a empresas que actúan
como mayoristas y que, incluso, poseen viveros especializados para
el mantenimiento en vivo de los animales o bien a restaurantes de
la región, de Buenos Aires o de otras provincias con consumo.
Esta
metodología de venta, permite que el producto llegue al consumidor
con periodicidad y con excelencia respecto de su calidad, acompañado
de las certificaciones exigidas por la autoridad nacional competente
(SENASA). En
general, los bivalvos deben proceder de zonas clasificadas previamente
por sus características de calidad (A, B, C y D) según sean totalmente
exentas o no de microorganismos (bacterias), metales pesados u otros
factores adversos (especialmente si se deseara posteriormente negociar
en mercado externo). A
nivel nacional, solamente la provincia de Río Negro, ha cumplido
hasta ahora con la clasificación de sus zonas de producción de moluscos
bivalvos dentro del Golfo San Matías (el San Matías posee zonas
muy aptas para cultivo, exentas de marea roja, lo que favorecería
ampliamente este tipo
de producción). Las zonas, una vez clasificadas, deben someterse
a controles periódicos, que permitan continuar aseverando y demostrando,
que ellas siguen manteniendo su acordada clasificación primaria. Esta es una tarea que deben realizar
las provincias interesadas en el desarrollo acuícola.
Por
el momento, solamente en Las Grutas, Río Negro (ya en su etapa de
comercialización de las primeras 15 toneladas producidas) y en el
Canal de Beagle (actualmente en estado avanzado de cultivo), se
está trabajando con mejillón. En el caso de Río Negro, el esfuerzo del personal del Laboratorio
de Semilla de Moluscos Bivalvos ha dado paso a la formación de una
pequeña cooperativa (Maricultores del Golfo) que realizó la primera
experiencia de cultivo comercial, apoyado por los técnicos y profesionales.
En el caso del Beagle, se trata de productores artesanales que,
mediante obtención de concesiones temporarias en el mar (en zonas
previamente determinadas y licitadas por el gobierno de la provincia)
y el apoyo del Consejo Federal de Inversiones (CFI), pudieron iniciar
el entrenamiento necesario y suficiente (mediante Talleres implementados
al efecto) y también bajo el apoyo de los mismos profesionales expertos
en la materia, provenientes del Instituto Storni y de la propia
provincia.
El
caso de la producción emprendida en el Beagle puede considerarse,
evidentemente, como la producción de mejillón más austral del mundo. Las primeras experiencias fueron realizadas por profesionales
del INIDEP mediante un aporte de presupuesto proveniente del Convenio
Argentina-Unión Europea ( a través de la SAGPyA) y el apoyo de los
técnicos residentes en Tierra del Fuego, que determinaron la disponibilidad
de semilla y las metodologías de cultivo a utilizar (Lasta, 1998). De esta forma se pudo determinar inicialmente la posibilidad
de obtención de semilla de banco cercano y en dos localidades, la factibilidad de los cultivos; así como el muy buen rendimiento
en carne de los animales a la cosecha, con 7 a 9 kilos de mejillón
por metro de cuerda colocada. Las balsas y longline fueron colocados a profundidades de
15 m en la Bahía de Haberton y en la Isla Bridges, siendo los resultados
obtenidos entonces, similares. El crecimiento mostrado por el Mytilus chilensis fue asombroso,
permitiendo pasar entonces de la imaginación a la práctica en materia
de cultivo. Los bancos evaluados mediante el primer proyecto, mostraron
excelente semilla en cuanto a calidad y abastecimiento suficiente;
mientras que al mismo tiempo durante los primeros ensayos se ajustaron
las metodologías, por el tipo de semilla, tipo de costa y batido del mar. El rendimiento en carne en Las Grutas resultó bueno y muy
superior al producido por el mejillón de los bancos naturales. Por
su lado, aún con la disminución en el crecimiento que se evidencia
en el Beagle, por efectos de las menores temperaturas a partir del
mes de abril, nunca el rendimiento es menor al 29%. El período de
cultivo en el norte (hasta talla comercial de 6,5 a 7,0 cm) abarca
unos 8-9 meses, mientras en la zona austral, es menor a 14 meses.
En Las Grutas,
en longline, se desarrolló para el crecimiento hasta talla comercial
y por cada emprendimiento, dos líneas de engorde confeccionadas
en cabos de 20-22 mm, con 100 m útiles. En sus extremos llevaron
riendas de 35 m y los fondeos en los extremos de cada una, fueron
de 1000 kg, ya que albergó hasta 120 cuerdas de engorde (estos datos
son a título informativo, ya que las estructuras diferirán según
el sitio).
B.- Cultivo de ostra: la “ostricultura” se conoce desde tiempos de los romanos,
ya que ellos solían colocar conjuntos de ramas de pino sobre los
fondos costeros (en lugares resguardados), cosechando posteriormente
los moluscos adheridos y engordados para el placer de su mesa. Durante mucho tiempo se explotaron los bancos naturales y
recién en el siglo XVII en Francia, especialmente, se iniciaron
los primeros desarrollos de cultivos, efectuados principalmente
en salinas o lagunas costeras. En Europa (Francia y otros países especialmente) la sobreexplotación
de los bancos marinos, determinó la aceleración del desarrollo de
las tecnologías de cultivo. En ese entonces, se dependía de los
juveniles naturales para proceder a su engorde final. La ostra plana europea (Ostrea edulis) fue en principio la más explotada y luego pasó a
ser la más cultivada, al existir reglamentaciones tendientes a la
prohibición de su captura por arrastre en los bancos naturales. En la década del ´20, la ostra plana fue diezmada por una supuesta
enfermedad o por las elevadas temperaturas registradas entonces, aunque posteriormente los cultivos fueron nuevamente continuados
y poco a poco se mejoraron las técnicas primitivamente desarrolladas; colocándose los mismos en lugares muy abrigados, como bahías,
estanques naturales y lagunas ostrícolas. A fines de la década del ´60, la ostra portuguesa (Crassotrea
angulata)
también explotada, comenzó a sufrir una enfermedad que produjo masivas
mortalidades durante la década del ´70 e hizo desaparecer esta especie,
principalmente en Francia. Este país fue el que detentó, inicialmente, la mayor producción
de ostras de Occidente, con un desarrollo intensivo e inicial sobre
el Atlántico, hasta iniciada la década del ´60.
|
Ostras
concávas de cultivos (Foto
3) |
|
La introducción
accidental de la especie Crassostrea gigas (Foto 3), originaria
del Pacífico, permitió reiniciar la producción a partir de 1967
con un desarrollo rápido en los diez años posteriores.Durante este
lapso, la ostra plana tan apreciada por los consumidores, sufrió
una disminución enorme debido al ataque de dos parásitos conocidos
en ostricultura (Martielia y Bonamia) que se propagaron rápidamente a todos los cultivos,
comprometiendo así las producciones.
Para 1984, Francia obtenía un 98% de producción basada en la ostra
japonesa, sobre una superficie de 20.000 hectáreas de cultivo. Europa, cultiva esta ostra en Francia, España, Portugal,
Holanda, Reino Unido, Alemania e Irlanda. En el continente americano,
se produce en Canadá y Estados Unidos (en ambas costas) y en latinoamérica
en México, Perú, Chile (gran productor de C.gigas y O. chilensis), Brasil (C.gigas) y, últimamente, Argentina. En todos estos países el consumo de ostra se realiza principalmente
en vivo. Por el lado del Pacífico oriental, casi todos los países
producen ostra del Pacífico o cóncava (Taiwán, China, Corea y otros). Tanto en Taiwán como en Japón, la ostra es un producto de
bajo costo y su carne es muy apreciada cocinada en platos fritos
o hervidos (por ejemplo, el omelette de ostras es muy común en los
fast food ubicados en plena calle en Taiwán). La demanda del mercado
ha sido favorecida por la urbanización y el abastecimiento, se origina
en extensos cultivos desarrollados a través de numerosos años y
merced al mejoramiento de las primeras técnicas conocidas. Inicialmente, los cultivos se planificaban solo en las zonas
intermareales hasta que, posteriormente, se desarrolló la técnica
de cultivo suspendido sobre tablas y balsas (método japonés), que
permitió duplicar la producción doméstica (antes de la segunda guerra,
ya se producían en Japón, de 30.000 ton/año y en la década del ´60
se habían alcanzado las 240.000 ton). Durante esa época, Japón exportó
parte de su producción hacia Estados Unidos. Posteriormente, los
cultivos se estancaron en cerca de 250.000 toneladas en vivo (42.000
ton de carne). Actualmente, Japón importa producto de EUA y de Chile
(en carne). En este país, los métodos de recolección de semilla
del medio ambiente están controlados y estandarizados, de tal forma que en los meses previos se cuenta ya, con los
datos de los parámetros ambientales y la densidad de semilla probablemente
producida al año.
Las ostras
se ubican junto a los moluscos bivalvos, siendo incluidas en la
familia Ostreidae. Poseen
dos valvas, de estructura diferente. La valva superior derecha es
plana, alargada o circular, mientras la izquierda es cóncava dejando
en su interior un hueco que permite el desarrollo de la masa visceral.
Algunas ostras como la Crassostrea son ovíparas, mientras otras como la Ostrea, son larvíparas. La fecundidad puede ser mayor o
menor, dependiendo de las especies. En general, el género Crassostrea es costero, mientras el Ostrea es mayormente oceánico. Las valvas están constituidas (como en todos lo bivalvos) de
carbonato de calcio, en forma de bandas superpuestas y en el caso de la japónica, se puede observar en una de las
valvas un ornamento formado por un cierto número de ondulaciones
muy típicas. Son moluscos
distribuidos en todos los océanos y por lo tanto en todos los continentes,
existiendo un número alto de especies. Entre ellas, las más cultivadas
son: Crassotrea gigas, C. Angulata, C. virginica, C. sikamea, Ostrea edulis, O. lurida, etc. En nuestro país, la única ostra nativa que podría acceder a
cultivo (con lento crecimiento), es la Ostrea puelchana (ostra puelche o plana), con excelentes ejemplares
en bancos naturales muy exiguos, por lo que su explotación está
vedada. Esta ostra presenta la desventaja de ser atacada también
por los parásitos antes mencionados, que disminuyen su producción
en cultivo por altas mortalidades. Por motivos relacionados a los cultivos (y que exceden a
este informe) actualmente, se cultiva la Crassostrea gigas, especie
exótica que fuera introducida a inicios de la década del ´80 en
la costa sur de la provincia de Buenos Aires (Carmen de Patagones)
y que posteriormente formó un banco “natural”, del cual fueron seleccionados
reproductores y se obtuvo semilla artificial inicialmente en el
laboratorio o hatchery
de San Antonio. Este hecho, logrado por primera vez en el país,
permitió el desarrollo de los actuales cultivos (existen cerca de
10 ton anuales de producción actual, obtenidas por diversos productores
instalados en la costa sur de la mencionada provincia).
Los
Ostreidos se alimentan directamente por absorción de materia orgánica
disuelta en el agua y por ingestión de las partículas en suspensión.
Esta absorción (carbohidratos, lípidos) puede representar en estos
moluscos hasta un 5% o más de la energía particulada consumida y
hasta el 22% de la energía particulada absorbida, según algunos
autores. Las partículas
minerales y orgánicas al ser filtradas son retenidas a su vez por
las branquias recubiertas de mucus y cilias e ingeridas (así como
parcialmente digeridas) en el estómago gracias a una serie de enzimas
. Los residuos de la digestión, luego de pasar por el intestino,
son evacuados al exterior, con las heces. Al igual que en los mejillones,
si las partículas son demasiado grandes o abundantes, son rechazadas
por los palpos labiales y expulsadas como pseudoheces, sin ser introducidas. La tasa de filtración depende de la temperatura, de la cantidad
y la calidad del alimento disponible, de las corrientes marinas
y de la propia talla del molusco. Según las especies, esta tasa de filtración será diferente.
Así para la ostra cóncava, la tasa de filtración es cinco veces
mayor que en la ostra plana europea. También existe un mecanismo
de regulación de la filtración relacionado al número de células
fitoplanctónicas presentes en el medio (lo que es considerado muy
importante, para trabajar el cultivo inicial en cautiverio).
La reproducción
en las ostras es sexual y los gametos femeninos y masculinos se
liberan al agua donde se produce la fecundación. Mientras en el
caso de la O. edulis y la O.puelchana, el hermafroditismo es de tipo sucesivo y entonces
los gametos no maduran sincrónicamente (Pascual & Zampatti,
1998) ; en la C. gigas, por el contrario, la sexualidad es alternativa y
el animal actúa como macho o como hembra dentro del curso de una
determinada estación, cambiando de sexo al año siguiente. Este alternancia
anual de sexo está controlada por parámetros ambientales como la
temperatura, la nutrición e inclusive factores hormonales internos
del organismo. Los trabajos continuos de investigación, han mostrado
que existe una relación muy estrecha y positiva entre la velocidad
de maduración de las gametas, así como la influencia de la temperatura
en la estación previa otoñal, mientras no existe relación alguna
con las temperaturas invernales. Tanto la O. edulis, como la C. gigas, han sido estudiadas muy profundamente, por ser las
dos ostras más sometidas a cultivo; aunque existen otras especies que también son conocidas hoy
en día desde el punto de vista biológico y de cultivo. A diferencia del género Crassotrea, en la Ostrea, la fecundación de los óvulos, se
produce internamente, en la cavidad denominada paleal. Allí también
las larvas son incubadas durante 8-10 días, al cabo de los cuales
se liberan al exterior. Las
larvas pasan a través de una serie de estadios formando parte del
plancton marino, hasta que el último de éstos, al encontrar un sustrato
adecuado sobre el que fijarse, lo hará gracias a la glándula del
biso que segrega una especie de pegamento que fija la ostra al colector
o sustrato natural. En este momento culmina la metamorfosis, desapareciendo
algunas de las estructuras larvales finales y la larva termina transformándose
en una ostra joven, que es la denominada “semilla” que puede adquirir
el productor. En general, la supervivencia larvaria dependerá principalmente
de la temperatura y de la salinidad en menor cuantía. La duración
de la vida larvaria está por supuesto, íntimamente ligada a la temperatura
del medio (en la gigas es de 15-20 días y en edulis entre 8-14 días).
En los ambientes naturales, la tasa de sobreviviencia varía según
los años, pero en los considerados como buenos es cercana al 10%.
La especie de C.gigas pareciera ser totalmente independiente de la salinidad,
como lo demuestran varios estudios realizados en Francia. Aunque
no se conoce la importancia que tienen las bacterias en la alimentación,
se sabe que ellas constituyen una buena parte de la misma en forma
natural, junto a las
microalgas marinas. La disponibilidad de alimento en las áreas de
cultivo es esencial para la elección previa del sitio. Factores
de calidad humana podrían llegar a influir sobre la desaparición
de suficientes elementos planctónicos para la vida de las ostras
(como sucedió en algunas costas por acción de pinturas tóxicas)
que impidieron el reclutamiento natural anual y la captación de
la semilla para avance de los cultivos; mientras la inversa (por efecto del pastoreo de las ostras
sobre el fitoplancton ) no será producido porque las propias heces
o pseudoheces producidas por los organismos en cultivo , actuarán
como portadores de nutrientes que serán puestos nuevamente a disposición
en las aguas para los organismos marinos , gracias a las corrientes
marinas y a la recirculación existente.
Históricamente,
se conoce según antecedentes registrados, que el cultivo de ostras
(o la captación de semilla y su posterior engorde) se practicaba
en el sur de Chile, desde principios del siglo VIII, existiendo
constancia de haberse seleccionado las mismas, para una comida ofrecida
al Príncipe de Gales, en ocasión de su visita a San Carlos de Bariloche.
El cultivo
de ostras en nuestro país constituye una actividad promisoria que
se inició en 1999, gracias a la fuerte dedicación de los profesionales
y técnicos del Laboratorio de investigación y hatchery de moluscos
bivalvos en el desarrollo de las tecnologías para el cultivo intermareal
y suspendido de la Crassotrea gigas, de alta respuesta en crecimiento y amplio rango de
resistencia a condiciones ambientales, así como a enfermedades producidas
por conocidos parásitos. Por
el momento, la provincia de Buenos Aires y la de Santa Cruz, realizaron
experiencias apuntando a la obtención de un rápido crecimiento de
esta ostras en los dos tipos de cultivo que se conocen como los
más aptos para el caso de nuestra costa atlántica. Las restantes
provincias con posible acceso al desarrollo de esta ostra de cultivo
(Chubut y Río Negro) esperan de las respectivas autoridades, la
posible introducción de la especie, para proceder de esta forma al desarrollo de una muy ansiada
actividad de buenos ingresos y alto recupero, así como posibilidad
de trabajo familiar. La provisión de semilla es condición determinante de una
producción ostrícola, al igual que en el caso de los mejillones. La captación de la semilla de ostra en el mar, a partir del
banco existente, es posible y se efectúa ya; aunque sería conveniente un control, actualmente inexistente
por el momento (ya que el actual banco carece de estudios respecto
de su dinámica poblacional, extensión, crecimiento, disponibilidad
de semilla, etc.) Para
proceder al desarrollo de una actividad comercial de envargadura
y no siendo suficiente la semilla aportada por el banco, se podrá en caso de necesidad, importarla desde el exterior.
Para el caso de Chile, existen 5 hatcheries productoras de gigas
(desde Coquimbo al norte, hasta Coyaique al sur). Brasil produce semilla pero no se autoabastece, adquiriendo
con continuidad desde Chile. Actualmente, existe en Argentina un Laboratorio de Patología
de moluscos bivalvos, por lo que la introducción de semilla de ostra
del exterior (munida de las certificaciones correspondientes), podría
ser controlada de ser necesario; por lo tanto sería totalmente factible,
en caso de necesidad, considerando la reforma de la Resolución N°
1087/94 (ex SAGyP) según la problemática que se planteara en el
futuro.
La
semilla que fuera transferida al productor desde el Laboratorio
de San Antonio, mide entre 5 y 8 mm y se acondicionan en cajas de
telgopor para su envío (dentro o no, de heladeras portátiles), según el tiempo horario hasta su
recepción. Este Laboratorio puede producir a pleno entre 1 y 2 millones
de semilla.
Los
sistemas para producción de ostra, abarcan dos técnicas comunes
de cultivo, que son conducidas según las características de los
sitios costeros seleccionados para ello. Tanto en el sur de la provincia de Buenos Aires, como lo
sería también para Chubut y en Santa Cruz, el cultivo puede realizarse con la técnica denominada
de “sobreelevado”. Estas
costas cuentan con sitios submareales aptos para ello, que quedan
al descubierto solamente durante cuatro a seis días al año. El volumen
de agua que los cubre es de tipo moderado, permitiendo al productor
un manejo del cultivo con botes artesanales. El resto de la costa argentina, por el contrario, obliga
al uso de la técnica de suspensión, ya explicada para el caso del
cultivo de mejillón, con algunas variantes propias en cuanto a los
cerramientos o contenedores de semilla. De las sogas o cabos utilizados en el sistema de longline
para ostras, se cuelgan cerramientos denominados universalmente
“linternas”, construidos
en red de malla adecuada, que pueden mostrar diferentes formas.
Allí se alojan las pequeñas ostras inicialmente, para proceder a
la fase de pre-engorde a determinada densidad que, posteriormente,
es disminuida a medida que el cultivo avanza y los moluscos crecen
(pudiéndose cambiar además la malla de la linternas empleadas). En sistema suspendido, la inversión es más alta y para proceder
al cultivo se necesitan embarcaciones de mayor porte, incrementándose
el riesgo (por temporales, por ejemplo); debiéndose utilizar, periódicamente,
un buzo. Es importante,
por lo tanto, seleccionar con criterio el sitio antes de la implantación
de los sistemas. En
el caso de la técnica de cultivo sobreelevada, las mesas de hierro
son de construcción artesanal y las bolsas de malla de nylon, de
predeterminado tamaño, se colocan amarradas sobre aquellas (Foto
4 ) .
|
Colocación
en el mar de las mesas de cultivos
Técnica
sobre-elevadas (Foto 4) |
|
|
Colocación
en el mar de
las
mesas de cultivos
Técnica
sobre-elevadas (Foto 5) |
|
Las
mesas o estructuras de hierro (con sus patas hincadas en el sedimento),
son colocadas en la zona intermareal de baja profundidad y quedan
al descubierto solamente durante las mareas extraordinarias (Foto
5).
A
medida que los ejemplares colocados en las bolsas o en las linternas,
van aumentando de tamaño y de peso, debido al acelerado crecimiento
manifestado, las mallas iniciales de 2 mm son reemplazadas por otras
de mayor abertura, hasta que en la etapa final del cultivo son utilizadas
mallas de trama de 2 cm de abertura. Las bolsas se dejan caer suavemente desde una embarcación
(en la parcela destinada al cultivo), procurando que se desplacen
normalmente sin voltearse. Las mesas son marcadas con boyas para
facilitar su detección, cuando se requiera cumplir con las prácticas
periódicas de cultivo a lo largo del ciclo. Las bolsas pueden ser
manejadas y hasta recuperadas a pie por los cultivadores, cuando
las mareas son suficientemente bajas, o bien, desde el bote de apoyo
levantando los cabos que indican las boyas demarcatorias colocadas
previamente durante la instalación. Una vez que los moluscos comienzan a crecer, luego de su
instalación (sea en bolsas sobre mesas o en linternas) al finalizar el pre-engorde, se hará necesario disminuir
el número de ejemplares (bajar la densidad de cultivo) y cambiar
las mallas, ya que al aumentar el tamaño y por lo tanto el peso
de los animales, el espacio para el crecimiento se reducirá. Al
disminuir las densidades, se proveerán las condiciones más apropiadas
para el buen desarrollo, obtención de excelente producto y alto
rendimiento en carne (muy importante) en relación al porte de las
valvas. Esta operación de pase de un pre-engorde a engorde a menor
densidad, es conocida como “desdoble” y en los cultivos de la costa
atlántica argentina, se efectúan según el cronograma de la Tabla
1. Periódicamente, en el caso del cultivo en bolsas, será necesario
realizar algunas prácticas: volver las bolsas; sacudirlas (evitando que las ostras queden atrapadas en la
red y mueran o crezcan deformadas), golpear enérgicamente a los
ejemplares entre sí, ayudando a romper los bordes de crecimiento
(para obtener mayor rendimiento en carne); etc. En el caso de tratarse
de sistemas de cultivo en suspensión, se colocará la semilla adquirida
en los pisos de las linternas, que portará malla de 2 mm, inicialmente.
Al finalizar el proceso, la malla aumenta hasta 50 mm. Las linternas son boyadas a su colocación, para una correcta
y rápida identificación. Al
aumento de tamaño de las ostras, se necesitará contar con mayor cantidad de linternas para disminuir la densidad de ejemplares
(n° de ostras por piso de linterna). En este momento la malla será
de 7 mm de abertura. Al tiempo se aumentan las linternas, para ubicar
la cantidad total de ostras sometidas a cultivo. El desdoble y distribución
de las ostras, se hace con mallas de abertura de 10-22 mm, según
el crecimiento observado. El cultivo suspendido se complementa con una base en tierra y la mano de obra de un buzo, contratado para el control
periódico de la instalación. Las tareas respecto de la confección y reparación de bolsas
o linternas, desdoble y reducción de número o densidad, embalaje,
etc., deben ser realizadas en una estructura existente en tierra,
convenientemente instalada cercanamente a la costa; pudiendo ser individual o montada por un conjunto de productores
asociados.
El sistema de “mesas
submareales” incluye menor inversión, ya que se realiza en aguas
de menor profundidad y es independiente del buceo. El análisis económico
desarrollado para cultivo de este último sistema de producción, registró que la actividad requiere una inversión inicial
poco significativa en relación a los ingresos netos que proporciona
y los saldos acumulados a generar, siendo la TIR del 92% anualizada
(2000). Así y todo, el sistema suspendido también es sumamente rentable,
siendo esta ostra muy aceptada en mercado interno y externo. La inversión total, de más de $ 10.000, no resulta una cifra
significativa, respecto de los saldos positivos acumulados y el
cultivo en sí mismo.
Comercialización
y mercado: terminada la cosecha,
los mejillones son enviados a una planta para su desgrane, clasificación
(separación por tallas y separación de otros moluscos no comercializables
actualmente, limpieza y empaque en vivo, en bolsas adecuadas. Las ostras se cosechan, cepillan y se colocan vivas en cajas
de telgopor, divididas por capas de goma pluma embebida en agua
de mar, papel o cartón, e incluso material de algas marinas. Toda producción para su comercialización debe contar con
el certificado emitido por laboratorio del SENASA o bien, laboratorio
aprobado por ese organismo. En los dos casos, tanto
de mejillones como de ostras, nuestro país se abasteció durante
años de producción proveniente de importación, desde Chile. Para
el caso de las ostras, se importaban aproximadamente alrededor de
50-70 toneladas anuales, en su gran mayoría en vivo, que eran incorporadas
por los negocios mayoristas a las ventas (directamente o a través
de viveros especializados) y constituía un mercado consolidado en
Buenos Aires, sin marketing acompañante para aumento del mismo.
Los puntos de mayor entrada al país fueron siempre Ezeiza en un
95% , repartiéndose el resto entre la Aduana de Mendoza y la de Puyehue, en el sur. En el caso de mejillones, los productos fueron de tres tipos:
en vivo, en fresco y ya industrializados (enlatados) y en todos
los casos el origen fue Chile, durante toda la década anterior y
los puertos de entrada, los mencionados anteriormente. Hoy en día,
nuevas medidas económicas mediante, es posible la producción y el
ingreso de los productos de moluscos bivalvos al mercado interno
mayorista y con posibilidad al externo (Estados Unidos para ostras
cóncavas). Para el
caso de las ostras, su venta realizada en vivo, previo certificación
sanitaria, alcanzaban el mercado de Buenos Aires, en cerca de $
3,50 a 3,80 /kilo vivo (flete a cargo del productor) , mientras
los mejillones de producción inicial, fueron comercializados en
el 2002, en pie de producción, a $ 2,50/kilo vivo (flete a cargo
de la empresa). El desabastecimiento de los mercados internos por
efecto del cambio producido en la moneda, puede favorecer la competitividad
de nuestro país para producción de productos de alta calidad, en
cantidad y con continuidad; que será favorecida merced a la asociación
de productores. Esta producción, que para ambos casos (mejillones
y ostras) podría avanzar hacia su industrialización a medida que
aumente en cantidad (y no se disminuya la misma por extracción de
producto de banco), permitiría el trabajo de numerosas familias
de cultivadores y posiblemente empresas, si las mismas decidan ser
pioneras en producción para utilización del producto no solo en
vivo, sino también en lo referido a aprovechamiento de su carne
en congelado o conserva. Por el momento, el producto acondicionado
para envío en vivo, es vendido a empresas radicadas en Buenos Aires
que acopian prácticamente todo el volumen en producción actual,
manteniéndolo en viveros, cuando se trata de calidad máxima. Aunque actualmente no existe producción como para pensar
en una posible exportación, es importante que las provincias interesadas
en desarrollar la misma más intensamente en el futuro, contemplen
junto al SENASA las reglamentaciones a cumplir por nuestro país
para una futura exportación de moluscos bivalvos, tanto en relación
a la Unión Europea (tarea que nunca fue concluida) o en relación
a un futuro comercio con Estados Unidos, para lo cual sería importante
ponerse en aptitud de exportación, cumpliendo los requisitos necesarios
de la FDA norteamericana, que ya ha demostrado su interés en este
aspecto (respecto de EUA, Argentina nunca ha intentado ponerse a
tono con las reglamentaciones para envío de moluscos bivalvos en
vivo). Para dar una
idea de un buen desarrollo, acompasado y logrado en el tiempo, mencionemos
que la industria chilena de ostras, exportó 1,4 millones de dólares
para 1995. En el año
2000 las exportaciones abarcaron (enero a mayo) 267,7 ton netas.
Los principales países de exportación abarcan: Japón, Inglaterra,
Taiwán, Hong-Kong, Singapore, Malasia y Tailandia. Una de las empresas abocada a este tipo de cultivo, registra
400 ton de producción ( 30 millones de ejemplares a la cosecha)
y se encuentra orientada principalmente a la producción de carne
congelada IQF en media valva y ostra sin tapa, especialmente direccionada
a los mercados asiáticos, siendo la media valva, exportada a Japón
que absorbió el 95% de su producción obtenida en 1999. El inicio de una empresa en este tipo de cultivo, no obliga
a grandes inversiones, por la simplicidad de las metodologías utilizadas.
Las grandes empresas cosechan más de 5 millones de ejemplares, las
medianas, 1 millón y las pequeñas no se acercan a esta última cifra. La actividad de ostricultura solamente, ha generado en Chile
fuentes de empleo estable para más de 600 personas al año, acompañado
por más de 1.000 contratadas en forma estacional; mientras que las
pequeñas producciones ocupan aproximadamente a 50 personas. El organigrama de las empresas es simple: un dueño administrador
del centro de cultivo, un
encargado experimentado, obreros estables y contratados en tierra,
mar y buzos que, en general, poseen bajo nivel educacional. En determinadas
temporadas la dotación puede hasta duplicarse. Dentro de América Latina, es importante señalar el desarrollo
que logró Brasil en el área de los cultivos de bivalvos (mejillones
y ostra cóncava) especialmente en la región de Santa Catalina. Los cultivos incentivados por los profesionales de la Universidad
de este Estado inicialmente (dentro de los que se involucraron directamente), fueron desarrollados a nivel artesanal-familiar, alcanzando
una producción de 6.000 ton de esta ostra, sobre las 9.000 totales
obtenidas para el año 2000.
Costos de implantación de un cultivo:
En cultivo suspendido
de ostras (partiendo de semilla de laboratorio), deberá contarse
con un aproximado de $ 12.000, mientras que para proceder al cultivo
del mejillón, la inversión
es menor (no necesitándose linternas). En sistema de mesas para
cultivo de ostras, la inversión ha sido calculada por los técnicos
en cerca de $ 10.000, con una utilidad al 4° año de $ 32.600. La recuperación de la inversión se produce en cerca de 12-16
meses (dependiendo del cultivo), siendo la rentabilidad alta para
el productor. Los siguientes
materiales y equipos, deben ser contemplados en la inversión:
· semilla de ostras
· muertos anclaje longline
· embarcación (9 m de largo, casco rígido
y equipo complementario)
· boyas (2 k/c/u) unidad
· cabos
· linternas
· mesas (en hierro y por unidad)
· instalación en tierra
En
el caso del cultivo de ostras, si la semilla proviene de laboratorio,
mostrará un costo superior; mientras como ya dijimos, para cultivo
de mejillón la semilla es siempre, de captación natural.
a)
Desarrollo inicial (cultivo ostras, sistema submareal sobre mesas,
solamente en el sur de la provincia de Buenos Aires o enclaves de
la provincia de Santa Cruz):
Se inicia con semilla
producida por el criadero argentino o de captación directa (según
la provincia), que será en el primer caso, transferida al productor
en forma acondicionada para su traslado y que miden inicialmente
entre 5-8 mm de largo total. La semilla de ostra se produce artificialmente, cuando no existe
naturalmente en el mar. Una vez seleccionado el sitio y programada
la producción final, se construyen y afirman las mesas de hierro
en el sitio previamente elegido con las bolsas de tamaño estándar
y de trama de nylon de 2 mm que contendrán las primeras ostras (semilla
captada o de producción). Estas mallas son cambiadas sucesivamente
hasta que en la etapa final, alcanzan los 2 cm de trama. Un pescador
o productor artesanal, puede iniciarse con 10.000 semillas, contando
con 1 mesa de hierro y 5 bolsas iniciales yuxtapuestas sobre las
mesas o parrillas de hierro. Este cultivo en bolsas ofrece ciertas
ventajas respecto del suspendido: mejor crecimiento y calidad de
producto, facilidad de explotación y menor mortalidad frente a temporales
existentes; mientras que los inconvenientes pueden referirse a riesgo
de colocar excesivo número de ejemplares, con un resultado de mal
crecimiento y mayor depósito de sedimento. La producción proyectada al inicio, arrojará un total de
1,5 a 2,0 toneladas al cabo del período señalado. Las mesas se marcan
con boyas para su identificación y durante el ciclo, estas últimas
se recuperan de a pie o en bote, levantando las boyas demarcatorias.
La semilla se colocará en cultivo, al inicio del año de cultivo,
aprovechando las mejores temperaturas para crecimiento, durante
cerca de dos meses y medio hasta antes de entrar en la época de
disminución térmica (fines de abril), aprovechando por ejemplo,
desde febrero a fines de abril. Si bien el crecimiento no se detiene totalmente en el invierno,
disminuye pronunciadamente y se retoma nuevamente en septiembre
cuando las temperaturas aumentan, iniciándose las cosechas para
la época de las fiestas de fin de año, cuando el mercado es más
demandante. La mortalidad
resultante (sin pérdidas de bolsas) es despreciable.
Al
aumentar las ostras iniciales de tamaño, el espacio se reduce para
mejor crecimiento y entonces se debe proceder al desdoble y cambio
de mallas y bolsas. Se necesitará entonces mayor número de mesas
para distribución de los ejemplares en mayor cantidad de bolsas
(se cambian 3 veces durante el periodo total).
Tabla
1: planificación del cronograma de desdobles
|
Malla
de cultivo |
Densidad
de cultivo por
bolsa |
Febrero
(3 meses) |
2
mm |
1.000
individuos |
Mayo
(tres meses) |
15
mm |
500
individuos |
Octubre
(3 meses) |
30
mm |
150-200
individuos |
Tareas
periódicas: desate de bolsas y remoción de ostras, volteado y sacudido
enérgico, golpeteo entre individuos.
b) desarrollo para
cultivo de ostras en sistema suspendido de longline:
Cada
linterna, que puede formarse por 10 pisos, es abastecida con 2.000
semillas sembradas por piso (20.000 en total). La malla inicial
será de 2 mm. El proceso total, finaliza con linternas de malla
de 50 mm. Una vez seleccionado el sitio (reparo, comunicación previa
a la instalación a la PNA para boyado y exclusión de pesca, etc.)
se colocarán los longlines, con sus boyas respectivas. Estas portan
cada una 2 kg, 14 litros de capacidad y 30 cm de diámetro, debiendo
resistir una profundidad máxima de 70 m. El longline es además boyado en sus extremos y anclado al
fondo con muertos de pesos adecuados. Los muertos y las boyas se conectan por medio de cabos de diámetro apropiado. Las cuelgas donde se instalarán las
linternas, también están conformadas por cabos apropiados al peso
que soportarán. A medida
que las ostras crecen, deberá colocarse un mayor número de linternas,
con 700 a 900 ejemplares por piso (según la talla); necesitándose
entre 12 a 15 linternas de malla de 7 mm. Finalmente, durante el
período de cultivo, se deberá contar con 50 linternas de malla de
7 mm, que portarán alrededor de 250 ostras por piso. En la última
etapa, la distribución será de 30 a 40 ostras por piso de linterna,
con mallas de 20-30 mm de abertura (según crecimiento de los ejemplares). La mortalidad resultante (sin pérdida de linternas) es de
5 al 10% durante todo el período de cultivo. Todas las tareas de instalación y boyado, deberán realizarse
con acompañamiento de una lancha de casco rígido, de cerca de 9m
de largo, pequeña cabina y radio de comunicación, en condiciones
de navegabilidad y con matrícula aprobada por PNA. Se deberá contratar un buzo que regulará el tendido y constatará
periódicamente la estructura in situ, de lo contrario, desde la
misma lancha se deberán subir las estructuras para su periódico
control.
El
cultivo en sistema suspendido, permite que los ejemplares se mantengan
alejados del fondo del mar, posibilitando la obtención de ostras
de extraordinaria calidad, que son mantenidas constantemente bajo
agua, con mayor aprovechamiento del abundante alimento en disponibilidad. A lo largo de las costas de las provincias argentinas, con
amplio litoral, este tipo de cultivo suspendido permitirá el desarrollo
de la ostricultura y la mitilicultura a gran escala, con mayor éxito cuando exista un apoyo del
estado a nivel provincial y nacional.
En
ambos casos de cultivo, las tareas a realizar en tierra, en estructura
ad hoc, ya han sido mencionadas en el transcurso de este trabajo. Las gestiones necesarias para el caso de implantación de
un cultivo de ostra cóncava deberán ser llevadas a cabo en el caso
de la provincia de Buenos Aires, en la Dirección de Pesca, edificio
en 12 y 51 (6° piso), La Plata y los permisos se otorgan son de
tipo provisorio, renovables. Para el caso de la provincia de Santa Cruz en Río Gallegos, Dirección de Pesca y Puertos, calle Avellaneda 801 (Río Gallegos)
o en la Dirección de Pesca del Chubut (9 de julio 280-Rawson).
Para
el caso de cultivo de mejillón, en cualquiera de las provincias
con litoral marítimo, podrá efectuarse la gestión para obtención
de una parcela o sitio (concesión) para instalación y asentamiento
(mar y tierra), frente a las correspondientes administraciones pesqueras,
respectivas (actualmente su cultivo se produce en Río Negro, Chubut
y Tierra del Fuego).
C.- Cultivo de la vieira: el caso
de este molusco bivalvo tan apreciado en el mercado, fue tratado
experimentalmente en varias ocasiones por los profesionales del
Instituto Storni, aunque en ese entonces se descartó el mismo debido
a la explotación existente sobre vieira tehuelche (Aequipecten tehuelchus) con rastra y buceo, sumado a la pesquería de profundidad sobre al vieira patagónica (Zigopecten patagonicus), siendo que esta última actualmente
está en explotación pesquera. De todas formas existen suficientes experiencias desarrolladas
sobre captación de semilla en ambiente natural y últimamente, sobre
reproducción artificial de semilla en laboratorio, por lo que dadas
las condiciones de mercado y sus perspectivas de crecimiento, llevarían
a la necesidad de producción por cultivo, poniendo a disposición
las tecnologías ya desarrolladas, terminándose de poner a punto
las mismas en forma rápida. Existiendo factibilidad de captación
de semilla natural, es evidente que los costos inclinarían la balanza
hacia este tipo de obtención.
La “pectinicultura”
o cultivo de vieiras (u ostiones), constituye una importante realidad
a nivel mundial. Existen
más de 350 especies distribuidas a nivel mundial, de las que solamente
unas 15 se producen en cultivo. De los Pectínidos ha derivado el
nombre de su cultivo, que cada vez contribuye más sostenidamente
a la producción total. Mientras en el año 1985, solo el 31% era aportado por los
cultivos, en 1995, más del 65% de la producción procedía de éstos,
significando 1.675.000 ton de las que el 50% era aportado por China,
el 11% por Japón y un 0,5% por Chile. Las especies más estudiadas
han sido en Japón, la Patinopecten yessoensis, mientras
que Europa desarrolló los estudios y tecnologías de cultivo para
2 de las 28 especies existentes, siendo el Pecten maximus y el P. jacobeus, que junto a la Chlamis opercularis conforman
las especies más apreciadas desde el punto de vista comercial. La especie de P. maximus fue estudiada durante años en el IFREMER el mayor
Instituto de Francia referido al estudio de moluscos bivalvos. Las técnicas de reproducción, en el caso de no obtenerse
suficiente captación en el medio ambiente, constituyen la base del
cultivo, con el acondicionamiento de los reproductores obtenidos
naturalmente, mediante el control de los parámetros ambientales. El P. maximus europeo alcanza la talla comercial
en cerca de dos años, con un diámetro aproximado de 10 cm.
El conocimiento
de la biología en general, y de la reproductiva en particular, especialmente
desarrollada sobre la especie de Pecten maximus, fue el punto alcanzado para el logro del desarrollo
de los sistemas de cultivo.
La morfología
de los Pectínidos se caracteriza por mostrar dos conchillas o valvas
desiguales, siendo la valva inferior convexa y la superior aplastada. Característica de las valvas es presentar una serie de costillas
que se despliegan desde la charnela, en abanico, acompañadas de
numerosas estrías finas y concéntricas. Lateralmente, la valva superior muestra dos orejas muy conspicuas
con igual desarrollo (se trata de la típica estructura de la conchilla
shell). La anatomía
de los Pectínidos, es similar a la ya observada en general para
los moluscos bivalvos, tratándose de una especie hermafrodita, con
una gonada dividida en dos partes: masculina de color blanco y femenina
de color anaranjado bien conspicua, según su estadio de madurez. Una característica propia de estos moluscos es la presencia
de ocelos dispuestos en el margen de la estructura denominada manto,
en la extremidad de la valva. Cada ocelo, presenta una estructura
compleja similar a un verdadero ojo. El Pecten maximus, conocido mundialmente como la tan famosa “coquille
Saint Jacques” puede superar en su ambiente natural los 15 cm de
diámetro y es la especie más grande conocida. Se extiende en toda la costa atlántica europea, mientras
que el P. jacobeus, por el contrario, es una especie endémica del Mediterráneo. Otras especies,
como el ostión del norte en Chile (Argopecten
purpuratus), el P. yassoensis,
de Japón, etc., son cultivadas en igual o menor escala. La vieiras habitan sobre el fondo de los mares (costeras
o a mayor profundidad), siendo libres y excavando una ligera depresión
en la que reposa manteniendo las valvas ligeramente entreabiertas
para filtrar el agua circundante de la que obtienen su alimento,
principalmente constituido por el fitoplancton. Solamente se desplazan
cuando son atacadas o molestadas, cerrando entonces en forma brusca
sus valvas y alejándose a los saltos, sobre varios metros. El ciclo biológico, al igual que se vio para otros moluscos
bivalvos consta de una parte planctónica larval y una bentónica,
caracterizada por la reproducción y la metamorfosis producida.
El
período larval en ambiente natural puede durar entre tres a seis
semanas y el momento de la fijación se produce cuando la larva ya
pierde su capacidad de natación y se fija a un sustrato. Durante
un período que puede abarcar hasta seis meses, se mantiene fijada
por el biso a un sustrato, a una talla de 25-30 mm. Durante esta
fase, los animales son altamente vulnerables a la predación por
otros animales. El período de juvenil libre, dura alrededor de 1
año y la talla aumenta hasta 70 mm, adquiriendo el animal los hábitos
del adulto, abandonando el soporte y adoptando una posición que le permite enterrarse en el
sedimento o cerrar bruscamente las valvas y huir. Las valvas aumentan de grosor y se hace menos vulnerable
a los predadores naturales. La adquisición de la madurez sexual,
se produce en general, en torno a los dos años de vida. Su crecimiento
es, primero rápido, para luego disminuir hacia la mayor edad y a los 5-6 años
se hace muy lento. La madurez sexual está marcada por la aparición
del órgano hermafrodita, con su gonada femenina y masculina. La puesta de óvulos y la fertilización puede producirse varias
veces al año, durante la época estival, con varias decenas de millones
de óvulos puesto por el animal y por año. La mortalidad es elevada. La reproducción es una fase crítica que supone una sincronización
entre los factores internos (edad adquirida, tasa de crecimiento,
particularidad genética de las poblaciones, puestas simultáneas,
etc.) y los externos; entre
ellos, principalmente, la temperatura y la cantidad de alimento
disponible y el fotoperíodo. La salinidad influye en menor intensidad. En la costa marina, se producen picos de emisión de productos
sexuales, correspondientes a diferentes meses del ciclo reproductivo,
acompañado de un complejo sistema hormonal que actúa durante la
reproducción de estos moluscos. En sistemas artificiales se necesita
acondicionar a los reproductores durante una fase preliminar para
la emisión de gametas. Se los somete a un shock térmico, obteniendo
la sincronización de las emisiones femeninas y masculinas. La alimentación
debe ser controlada estrictamente y deben elegirse con seguridad
las algas microscópicas necesarias para el alimento a ofrecer. El
control de la temperatura, permitirá evitar los cambios bruscos
en este parámetro, que podrían producir emisiones incontroladas
de las gametas. El fotoperíodo, regulado con intensidad lumínica
adecuada, permite actuar positivamente sobre la emisión de las gametas. La reproducción debe hacerse cruzadamente, evitando la autofecundación
de los ejemplares. El cultivo se continúa con una fase de nurseri
donde se desarrollan los principales órganos del adulto a excepción
de las gonadas. El pre-engorde y el engorde, que se desarrollan
luego de la primera fase de cultivo interno, se efectúan ambos,
a mar abierto en sistemas suspendidos en linternas, al igual que
para el cultivo de ostras. Las principales causas de mortalidad
durante las fases de cultivo bajo techo, se deben al estrés que
sufren los ejemplares. En el cultivo se pierde una cantidad estimada
a priori (menor a las fases anteriores, de 20-30%), debido en parte
al cambio de alimentación y en parte a las prácticas obligadas durante
las manipulaciones de pre-engorde, especialmente. La mortalidad
es mínima durante la última fase de engorde hasta obtención de talla
de mercado (sobrevivencia superior, en general, al 80%).
Los
estudios efectuados por profesionales sobre captación de semilla
en el Golfo de San Matías, mostraron durante 5 años, que este hecho
podría ser limitante de los cultivos, ya que existieron asentamientos
variables y fluctuantes, mostrando temporadas de reclutamientos
exitosos y temporadas nulas. En los últimos años, las experiencias de captación realizadas,
dieron resultados más importantes,
cambiando el tipo de colectores utilizados. Durante el período ´96-´97
los resultados obtenidos fueron sumamente exitosos. Los relevamientos de estas características realizados a su
vez en el Golfo San José (donde existe también una pesquería) y
efectuado sobre colectores de diferente material, produjeron también
resultados diferentes. En ambos golfos y en diferentes experimentaciones,
el colector constituido por fibra de jarilla, mostró ser el mejor.
El
ciclo completo de laboratorio fue realizado a partir de 1997, lográndose
la obtención de fijación de semilla y su posterior cultivo en linternas
adecuadas, demostrándose la factibilidad del cultivo y su posibilidad
en cuanto el mercado muestre una demanda importante de producto
para abastecimiento, por ahora no evidenciada.
Comercialización: si bien la vieira nativa, o tehuelche, no presenta ejemplares
de alto rendimiento en cuanto a crecimiento, también es cierto que
ella fue exportada con calidad durante un largo tiempo hasta que
se sobreexplotaron los bancos naturales y que hoy en día se explota
y exporta la vieira patagónica, de talla aún menor; por tales motivos
convienen tener presente los datos sobre el crecimiento del cultivo
del ostión o vieira chilena, y otros datos generales de su mercado;
aunque el ostión chileno, es actualmente similar en posición arancelaria
a la “coquille Saint Jacques”.
Parte
del desarrollo de este sector en el vecino país, especialmente en
las aguas del norte (80% de los centros de cultivo), ha llevado
a un crecimiento altísimo en producción, estando actualmente ubicado
en tercer lugar en el ranking mundial de cultivo, estando considerado
como un reconocido exportador. En 1998, el 95% del desembarque de producto provenía de las
III y IV Región. El mayor destino de la producción chilena es la
exportación y constituye el segundo producto luego de la salmonicultura
en cuanto a volumen e ingresos generados. En exportación, Chile envió en 1998, 2.014 ton de producto
seleccionado. Su principal destino es Francia (84%), seguido de
Alemania (8,5%) y Argentina (5%), de producción o de cultivo. Los precios internacionales para la categoría alcanzada por
el ostión chileno se han mantenido estables a través del tiempo,
siendo de cerca de U$S 12.000 por tonelada.
Otras
especies: el desarrollo de las técnicas de cultivo para algunas
de las denominadas “almejas”, han sido iniciadas tanto en Chile
como en Argentina, aunque por sus dificultades ,se deberá esperar
mayor tiempo para poder contar
con tecnologías adecuadas, presupuesto acorde y avances significativos.
Quizás el interés de inversores privados individuales o a través
de cámaras pesqueras, se alcance el apoyo a los profesionales y
técnicos y se aumenten las posibilidades de desarrollar las tecnologías
para los cultivos de estos Moluscos tan apreciados, como pueden
ser las llamadas “navajas”, la “almeja amarilla”, la “cholga paleta”
u otras especies que puedan ser demandadas por los mercados externos
e internos.
Mercado: el consumo de mejillón en Argentina es desconocido, pero recabando
información sobre tres años (1999-2001), según estadísticas de la
SAGPyA, se computan a
nivel nacional: 353; 236 y 185,8 tons de extracción pesquera, para
los años mencionados y resumiendo los datos ofrecidos por el Mercado
Central de Buenos Aires (SENASA) para 1997 y 1998, se registra la
entrada de 21 tons para mejillón y almeja (sin diferenciar en 1997)
y un cupo de 8,6 tons de mejillón para 1998. El mejillón representó en este último año, la mayor entrada
en cuestión de moluscos bivalvos, seguida por la ostra (58 kg),
las vieiras (18 kg) y la almeja (5 kg); pero es importante tener
en cuenta que no todos los productos de consumo pasan a través de
este mercado, por lo que ello solamente sirve a título informativo.
Actualmente,
se puede decir que no existe prácticamente introducción de material
acorde a la demanda, que provenga de Chile (por razones económicas);
por lo que para el momento actual y futuro inmediato, el cultivo
de moluscos bivalvos puede ofrecer condiciones aptas para ello. |